A seis años del decreto de emergencia eléctrica la situación está peor

EL PITAZO

 

El embalse del Guri tiene 29% de agua este 8 de febrero. En la misma fecha de 2010 estaba en 45%. El ingeniero José Aguilar afirma que si no se toman los correctivos en menos de 60 días el Cuarto de Máquina II estará en zona de colapso. En Corpoelec dan 20 días más de holgura

Por César Batiz

Eran pasadas las 11 de la noche del 8 de febrero de 2010, cuando el entonces presidente Hugo Chávez apareció en pantalla en cadena nacional. Tras más de seis meses de haber iniciado la aplicación de medidas para racionar la energía, el mandatario anunciaba el decreto de emergencia eléctrica, por el cual se ordenaba acelerar los proyectos para nuevos megavatios en el Sistema Eléctrico Nacional, lo que incluyó la contratación de obras y compras de equipos sin licitación. Ese día, el embalse del Guri se encontraba en 45% de su capacidad.

Justo seis años después, luego de una inversión de $40 mil millones de dólares, el Guri se halla en 29%, a 7,86 metros de la zona colapso del Cuarto de Máquina II, que dejaría al país sin 1.500 megavatios, si no se toman las medidas como el racionamiento eléctrico y aumento de la disponibilidad de termoelectricidad.
El experto eléctrico José Aguilar, quien le hace un continuo seguimiento al sistema usando información filtrada por trabajadores de Corpoelec, apunta que la disminución del embalse ocurre cuando al periodo de sequía le quedan aún unos 115 días.

Afirma que el enero de 2016 fue el más seco en la cuenca del Caroní desde 1957, lo que incrementa la grave situación del Guri que viene advirtiendo desde octubre de 2014, cuando entonces pronosticó que sería necesario un diluvio para recuperar el nivel del agua. Dice que el embalse comenzó a bajar el 11 de septiembre de 2015 y desde entonces no ha parado su descenso a niveles críticos.

Recuerda que después del decreto de emergencia se instalaron en el país 8.450 Mw termoeléctricos para un total de 17 mil 500 Mw. Pero de ellos solo 6 mil Mw están totalmente disponibles. Mientras que el Guri, con capacidad instalada de 10.325 Mw, debido al descenso del nivel de agua y falta de mantenimiento, sufre una disminución de 900 Mw para atender una demanda nacional de 16 mil 100 Mw.

Hoy el embalse, dice el experto, está a 60 días y 7.86 metros de la zona de colapso. Mientras que faltan 11,86 metros para llegar al punto de quiebre que implicaría la barrera de los 240 metros sobre el nivel del mar (msnm). Irremediablemente, Aguilar ve en el horizonte de Venezuela la necesidad de racionamientos eléctricos de 2.000 MW durante 12 horas combinados en diferentes partes del país, para evitar la caída de 6 mil Mw por fallas en las turbinas no solo de Guri, sino también de Caruachi y Macagua.

En conclusión, por ahora, la aritmética no falla. Le quedan menos de 60 días de agua al Guri y faltan 115 días de sequía. Fuentes de Corpoelec dan un poco más de holgura. Hablan de menos de 80 días para llegar a la zona de colapso. Pero si son 60 u 80, los días no alcanzan para llegar ni a la centena de días, sobre todo cuando febrero y marzo pintan como meses sin nada de lluvias.

Claro, advierte Aguilar, el Gobierno tiene en sus manos los recursos para dar una visión más clara acerca del tiempo que queda, pero el silencio es la costumbre en el Ejecutivo nacional, por lo que sugiere a los diputados de la oposición en la Asamblea Nacional exigir esa información a las autoridades del Ministerio de Energía Eléctrica y Corpoelec.

Culpar al otro
Cuando Chávez presentó el decreto en 2010, responsabilizó al capitalismo de ser el culpable del cambio climático y con ello del fenómeno de El Niño. Desde junio de 2009 se advertía del posible colapso del embalse. Fue esa la excusa para explicar entonces las fallas del sistema eléctrico que obligaron a racionamiento, penalización de los usuarios con supuesto alto consumo, recortar el horario de las oficinas públicas, ordenar a centros comerciales y fábricas la autogeneración y prohibir vallas publicitarias con luces, entre otras acciones. Dijo entonces el mandatario nacional que ese era “el verano más terrible que he visto en mi vida”.

Seis años después se repite una de esas medidas, la exigencia de aplicar la autogeneración en los centros comerciales y la reducción de los horarios de estos establecimientos, así como se culpa nuevamente a El Niño por lo que ocurre y vendrá. “En 2016 “El Niño” será más fuerte de lo habitual. Por ello debemos tomar medidas para prevenir sus consecuencias”, dice una propaganda de Corpoelec, organismo presidido por el también ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez.

Ciertamente, según anunció la Nasa a finales de 2015, El Niño de 2016 podría ser peor que el ocurrido entre 1997-1998. Pero entonces no fue necesario ningún plan de racionamiento eléctrico.

De acuerdo con un documento presentado por los integrantes del Grupo Ricardo Zuloaga, el 2 de febrero ante un grupo de miembros de la bancada de la Mesa de la Unidad en la Asamblea Nacional, entre ellos el vicepresidente del parlamento, el diputado Enrique Márquez, “El Niño es un fenómeno que se anuncia y detecta con suficiente anticipación como para adelantar las medidas preventivas necesarias: Aumentar la generación térmica en servicio y bajar la hidráulica dentro de un programa de administración del agua almacenada en los embalses de las centrales hidroeléctricas”, resaltan los expertos, entre otros Miguel Lara, Víctor Poleo, Leopoldo Batista y el mismo Aguilar.

Al respecto Aguilar recuerda que “desde 1950, cuando los proyectistas del Guri comenzaron a estudiar el comportamiento de la cuenca, se ha presentado 24 veces el fenómeno y el Caroní se ha reído de El Niño”. Agrega el ingeniero que El Niño influye pero no es determinante en el problema de déficit eléctrico que presenta el país.

Corrupción de alto voltaje
En 2010, tras iniciarse la inversión en obras eléctricas que llegarían a costar al país $40 mil millones de dólares, el entonces viceministro de Energía Eléctrica, Javier Alvarado, aseguró: “vamos en camino a tener un sistema más robusto y más balanceado para que venga el Niño, la Niña y la familia completa… no importa estaremos preparados para trabajar por el país”.

Pero seis años después los resultados dicen lo contrario. Llegó El Niño y el blindaje se vino al piso. La inversión de los $40 mil millones alcanzó para incrementar en 8.450 MW la capacidad térmica instalada, casi la mitad de los 16 mil MW que según Chávez se obtendrían entre 2010 y 2011. Lo más grave es que de los 8.450 nuevos MW, solo mil 50 están disponibles.

“Seis años y $40 mil millones de dólares en termoelectricidad, es tiempo suficiente y dinero más que suficiente para haber evitado semejante calamidad a la que ahora se enfrenta Venezuela. De haberse mantenido un promedio de 175 GWh diarios (7 mil 300 MW) del parque térmico desde que comenzó la hidrología desfavorable en mayo 2014, Guri hubiese comenzado este verano, con 9,2 metros más de agua y estaría fuera de peligro. No hubiese sido necesario haber malgastado tanto dinero y perdido tanto tiempo, pues, de haberse mantenido el parque térmico que existía antes del decreto de emergencia del 8 de febrero de 2010, habría sido suficiente. Esto requiere un urgente escrutinio y rendición de cuentas, para determinar las responsabilidades, que recaen exclusivamente sobre el Poder Ejecutivo”, puntualiza Aguilar.

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