Dólares fantasmas

TAL CUAL

Saldo rojo de la ruina de Guayana entre 2012 Y 2013. Unos 14 mil millones de dólares no ingresaron. Tras la «profundización de la revolución» la gran industria de Guayana redujo un 24% de su capacidad. Sidor produjo en 2012 un millón 720 mil toneladas de acero líquido y en 2013 un millón 550 mil

Hoy, cuando los dólares por ingresos petroleros están muy escasos en las arcas gubernamentales ­tal ha sido la voracidad, corrupción y el derroche- y por ello deben recurrir a más deuda externa, a retrasar gravemente la liquidación de dólares a toda clase de sectores así como a devaluar y/o reducir cupos, se nota más, con dolor, la ausencia o severa reducción de los ingresos de divisas que generaban antes de la destrucción las industrias de Guayana.

Un estudio hecho por un grupo de calificados profesionales de la región, todos con larga experiencia en la industria, usando para ello los datos de los informes oficiales de cada una de las empresas básicas y otras estatales relacionadas, así como los informes anuales entregados por el Mibam-CVG y/o el Ministerio de Industrias a la Asamblea Nacional concluye que, solamente entre los años 2012 y 2013 el complejo industrial estatal ferrosiderúrgico y del aluminio produjo a cerca del 20% de su capacidad instalada y a 30% de su capacidad real demostrada en otros tiempos.

El mismo informe, colocando una a una la producción industrial de Sidor, Ferrominera, las briqueteras, Venalum, Alcasa, Bauxilum-planta y Minerven y faltando solamente los datos de Bauxilum-mina, Carbonorca, Sidetur y usando los precios promedio anual de sus productos en dólares, concluye que dejaron de ingresarle a la nación alrededor de 14 mil millones de dólares en esos dos años.

La caída industrial comenzó en los años 20052006, cuando el gobierno de Chávez decretó el cambio hacia una «revolución socialista», desechando -dijeron- «los conceptos de rentabilidad y productividad porque son capitalistas», cualquier cosa que para ellos significara eso y se acentuó con gravedad a partir de 2008-2009 con la llamada «profundización de la revolución» y la creación de un enclave totalmente estatista en Guayana como ensayo decían Giordani y su equipo­ del modelo a aplicar en toda Venezuela más adelante.

CASOS CONCRETOS

Sidor produjo en 2012 un millón 720 mil toneladas de acero líquido y en 2013 un millón 550 mil toneladas. Su capacidad real demostrada era 4 millones 300 mil/año y la capacidad instalada (que requería algunas inversiones que estaban en marcha y se paralizaron con la estatización de 2008) es de 5 millones de toneladas/año de acero.

Cuando se detalla la elaboración de productos planos y/o productos largos, sus dos rubros globales de venta con los precios promedio de cada año, queda claro que Sidor dejó de ingresar alrededor de 3 mil millones de dólares en comparación a si hubiese producido a su capacidad completa.

En el sector briquetero que fue levantado en los años 90 con inversión privada pero ahora, desde 2009, estatizadas cinco empresas, su producción global era de poco más de 5 millones de toneladas de lo que podríamos denominar ­para mas fácil comprensión del lector­ «hierro reducido con valor agregado», en 2012 se produjeron tan solo 2 millones 400 mil toneladas y en 2013 el desastre ya fue casi total con apenas 1 millón de toneladas.

Los ingresos en divisas que Venezuela perdió ­o dejó de recibir­ fueron aproximadamente 2 mil 200 millones de dólares.

Lo que se dejó de vender e ingresar en esos dos años en el sector aluminio fue de cerca de 1 mil 900 millones de dólares. En Ferrominera, en 2013 se produjeron tan solo 10 millones 500 mil toneladas cuando lo normal eran 22 millones de tons/año de mineral.

A esos datos habría que agregar el análisis de las pérdidas económicas y financieras pero los datos de 2013 aún no están disponibles.

Otro aspecto a considerar es que el gobierno «revolucionario», culpable de haber quebrado y arruinado este emporio industrial que era autosustentable, tuvo entonces que desembolsar del ingreso petrolero algunos recursos para auxiliar a las industrias aunque sin hacer inversiones que sirvan para recuperar su capacidad de producción.

La dizque «revolución», logró, pues, «el milagro al revés». En lugar de mejorar lo que había, de superar carencias y de empinarse hacia más valor agregado industrial, destruyó la gran industria, base del desarrollo nacional para tener que sustituir todo por importaciones. Es decir, justo lo opuesto a la soberanía nacional. Nunca tuvimos menos «patria» que ahora.

http://www.talcualdigital.com/Nota/visor.aspx?id=98349