El Grupo Ricardo Zuloaga ante la profundización de la crisis eléctrica

LA PROFUNDIZACIÓN DE LA CRISIS ELÉCTRICA – OCTUBRE 2017

 

El Grupo Ricardo Zuloaga, expone aspectos relevantes relativos a la profundización de la crisis eléctrica en Venezuela y de cómo abordar su solución.

La causa:  Un modelo de sector eléctrico inviable 

El Sistema Eléctrico Venezolano atraviesa la peor condición operativa de su historia, los cortes del servicio eléctrico afectan a todas las ciudades del país y la recurrencia de los mismos, así como su tiempo de afectación, siguen en incremento.

El equipamiento eléctrico que aún trabaja lo hace en condiciones precarias debido a mantenimientos no ejecutados y que son diferidos más allá de lo recomendado por sus fabricantes. Esta práctica conlleva a que los equipos no funcionen adecuadamente y que los mismos terminen colapsando por fallas de tipo catastrófico, cuya reparación requiere de recursos monetarios y de lapsos de tiempo considerablemente mayores a los que se tendrían bajo las prácticas recomendadas.

El manejo del embalse de Guri, cuya central suministra aproximadamente el 50% del consumo eléctrico nacional, no se ajusta a lo establecido por los estudios y la ingeniería. Su sobreexplotación bajo condiciones hidrológicas desfavorables ha puesto en riesgo la operatividad de su central y ocasionó racionamientos masivos que no debieron ocurrir. Por otra parte, su llenado extemporáneo coadyuvó, innecesariamente, a la inundación de áreas pobladas en el sur del país.

Los reiterados cortes anunciados por las autoridades eléctricas no han sido ni son producto de eventos climatológicos (Lluvia o sequía), ni por accidentes causados por elementos pertenecientes a nuestra fauna ni por supuestos sabotajes, donde las autoridades eléctricas acusan a personas que perdieron su vida al estar hurtando material eléctrico energizado o al tratar de conectarse ilegalmente a la red eléctrica o al proceder, de forma imprudente, a reparar alguna falla que pudiera llevar varios días de duración debido a la conocida inacción de Corpoelec para la reparación de las averías que afectan a los usuarios.

Las frecuentes e intempestivas interrupciones del servicio eléctrico han llevado a que muchos usuarios coloquen dispositivos protectores a sus maquinarias y electrodomésticos, los cuales, ante   fallas, que por su naturaleza causan “bajones” de tensión, se desconecten masivamente y con ello provocan una brusca “subida” de tensión. Estas oscilaciones terminan dañando aparatos que no están protegidos. Esta situación se ve potenciada por la deficiencia crónica en la generación térmica disponible y por el cambio en la composición de la demanda (Ahora mayoritariamente residencial). Cabe destacar que el creciente número de usuarios que se ven afectados por el deficiente servicio que reciben, se encuentran desamparados y sin más respuesta que excusas sin fundamento por parte de quien lo presta.

Un hecho lamentable y de gravedad es que los frecuentes cortes están ocasionando víctimas fatales entre recién nacidos y enfermos cuando se interrumpe el suministro eléctrico a centros hospitalarios, generalmente públicos, cuyas obligatorias plantas de emergencia no arrancan porque se encuentran inoperativas, bien sea por estar dañadas y no haber sido reparadas o por no disponer del combustible requerido para su operación.

El alumbrado público es prácticamente inexistente. La falta de iluminación en autopistas, avenidas y calles de los pueblos y ciudades de Venezuela en horas nocturnas, propicia el incremento de la inseguridad.

Las excusas dadas por las autoridades eléctricas son injustificables, luego de haber despilfarrado las cuantiosas cantidades de dinero destinadas al sector eléctrico desde 1999 a la fecha. Los argumentos, que de ellos emanan, carecen de credibilidad por la poca seriedad e inverosimilitud de los mismos, especialmente cuando dichas autoridades privilegian la atención a sistemas eléctricos de otros países por encima del sistema eléctrico venezolano.

La realidad es que la crisis eléctrica que afecta a la sociedad venezolana, desde hace más de una década, es resultado de un modelo de sector eléctrico inviable, gestado por decisiones políticas tomadas desde 1999 que lo transformaron en un sector politizado, desprofesionalizado, burocrático, plagado de irregularidades administrativas, sin transparencia y de creciente opacidad.

La solución: Un cambio político y recuperar el sector con profesionalismo

Mientras el actual modelo se mantenga vigente, el sistema eléctrico seguirá acrecentando su deterioro y la situación de insuficiencia seguirá incrementándose, por lo que no será posible la reactivación del aparato productivo y, por otra parte, la menoscabada calidad de vida de la sociedad venezolana se verá aún más disminuida.

La solución a la crisis eléctrica, por tanto, pasa por un cambio político que revierta los factores que caracterizan el actual modelo de sector. Sin embargo, el cambio político, por sí solo, no es garantía de solución de la crisis eléctrica.

El profundo estado de deterioro que presenta la infraestructura eléctrica, la desmotivación y las múltiples carencias que agobian al recurso humano, los desconocidos pasivos pendientes de honrar a proveedores nacionales e internacionales, la quiebra financiera, el rezago tarifario, la insuficiencia de  ingresos, las crecientes pérdidas no técnicas, los vicios y prácticas corruptas que se han instaurado, la inexistencia de inventarios de piezas y partes para la atención de averías, la no ejecución oportuna de mantenimientos y la excesiva burocracia, entre otros,  son retos que demandarán al equipo que corresponda solventar la crisis eléctrica una sólida capacidad  gerencial,  amplios conocimientos de la industria eléctrica y especialmente ética profesional.

¿Qué hacer?

El equipo multidisciplinario, al cual le sea asignada la tarea de rescatar el sector eléctrico, debe estar preparado y capacitado para asumir el control del mismo, desde el momento que ocurra el cambio político y así comenzar, de inmediato, a ejecutar acciones precisas y correctas que minimicen y conduzcan a la eliminación de los cortes del servicio eléctrico a la brevedad posible. Esta fase inicial de la recuperación del sector es de vital importancia.

Es importante recalcar que las acciones durante la fase inicial deben ser certeras, capaces de maximizar la mejoría del sector eléctrico con un mínimo de recursos, por lo que se impone una priorización ponderada y armoniosa, que sólo puede ser lograda por un equipo humano, de alto desempeño y comprobada honradez, libre de ataduras políticas, en donde impere la ética y el profesionalismo y que entienda a cabalidad la cadena eléctrica. Es la única vía para alcanzar, en el menor tiempo posible, la confiabilidad operativa del sistema eléctrico interconectado y de optimizar el despacho de la energía que en él se produzca.

Ese equipo debe validar, sin dilaciones, el diagnóstico previo y actualizado que deberá haber elaborado y confirmar las prioridades para recuperar y poner a funcionar, apropiadamente, la infraestructura que está funcionando con limitaciones o restricciones y ejecutar, de inmediato, aquellas acciones que permitan recuperar, en el menor tiempo posible y al menor costo, la infraestructura que se encuentre inoperativa y que sea recuperable. Todas las acciones que se ejecuten deben tener carácter de irreversibilidad y deben conducir a la rápida obtención de resultados positivos para estar en concordancia con la gobernabilidad que demandará la crítica situación que vive la sociedad venezolana. Asimismo, deben estar alineadas con una visión consensuada de largo plazo para el sector eléctrico.

El equipo que se designe carecerá de margen para improvisar, de hacerlo no tendrá los resultados inmediatos requeridos, las dilaciones incrementarán los tiempos de recuperación junto con los costos y la incertidumbre tomaría cuerpo atentando negativamente en contra de la irreversibilidad de las acciones y en la gobernabilidad del país.

La clase política que asuma el poder debe tener muy clara la situación del sector, la cantidad de recursos monetarios que se necesitarán para su recuperación, el cómo se conseguirán dichos recursos, cuál será la propuesta tarifaría que se implantará para atraer inversionistas y darle sustentabilidad al sector, como se van a disminuir las pérdidas no técnicas y la morosidad, como manejarán los subsidios que se adopten o mantengan. Todos estos aspectos deben ser informados y difundidos de manera diáfana al país que no tiene que seguir pagando ineficiencias, burocracia y manejos administrativos irregulares.

La sociedad venezolana no tiene margen para esperar soluciones tardías que no se concretan, ni el país tiene margen para seguir aguantando errores de sus dirigentes. La criticidad de la situación no deja espacio para el ensayo y error.

Una vez superada la emergencia inicial, la cual se estima tomará un año resolver, a partir del momento que se dispongan los recursos para atenderla, se debe acometer la transición del sector adecuando su organización, según la visión de largo plazo que se haya consensuado y llenando la brecha de formación y capacitación que actualmente presentan los recursos humanos del sector.

Sobre las propuestas planteadas

El Grupo Ricardo Zuloaga reitera las siguientes apreciaciones sobre las opciones planteadas para resolver la crisis en el sector eléctrico por parte de las fuerzas políticas dominantes.

El sector oficial mantiene su propuesta de sector eléctrico establecida en el denominado plan de la patria. Esta propuesta, cargada de ideología política, consolida un sector eléctrico centralizado bajo la figura de una empresa socialista al servicio del proceso político por encima de los usuarios, este modelo es la causa raíz de la crisis eléctrica y de continuar vigente, la crisis se seguirá profundizando.

La Asamblea Nacional, como propuesta a la crisis eléctrica, aprobó, en primera discusión, una ley eléctrica cuya inmediata implantación, en nuestra opinión, pudiera ser inconveniente para una rápida solución de la crisis por los siguientes aspectos:

  • La ley aprobada en primera discusión, formula un sector fundamentado en una descentralización por estados y en la municipalización de la propiedad. Esta estructura organizativa, pudiera ser válida a futuro, Sin embargo, de ser acometida bajo las condiciones de precariedad y urgencia que tiene actualmente el servicio eléctrico, introduciría elementos, que, en una etapa inicial, atentarían contra la rápida solución de la crisis.
  • Para que funcione la infraestructura eléctrica que trabaja inadecuadamente o que se encuentra inoperativa, se requiere, más que de leyes, de un equipo profesional que conozca cómo hacerlo. Prueba de ello es que desde que se promulgó la primera ley eléctrica de Venezuela, en 1999, así como sus sucesivas actualizaciones, el sector eléctrico ha retrocedido hasta estar catalogado, hoy en día, como uno de los peores servicios eléctricos del continente americano.
  • Una ley eléctrica debe tener la flexibilidad para adecuarse a las cambiantes circunstancias sociales, económicas y tecnológicas del ámbito de su aplicación, por lo que es fundamental para su formulación la participación de las fuerzas vivas que ella impacta y que dicha formulación sea bajo consenso.
  • La planificación, construcción, desarrollo y operación del sistema eléctrico venezolano, hasta 1998, se hizo en ausencia de una ley eléctrica y con un objetivo que se mantuvo como política de estado: Electrificar el país. La responsabilidad de cumplir con ese objetivo se encomendó a profesionales capaces y comprometidos con el país. Para 1998 más del 97% de la población venezolana tenía acceso al servicio eléctrico y dicho servicio era considerado de vanguardia en América Latina. 

Objetivo principal

Para la sociedad venezolana es prioritario disponer de un sector eléctrico que sostenga la reactivación del aparato productivo nacional, que apalanque el desarrollo sostenido del país y que contribuya con una creciente calidad de vida.

“Los países se pueden desarrollar sin petróleo, pero no sin electricidad” Ing. Francisco Aguerrevere.

 

Por el Grupo Ricardo Zuloaga:

Ing. Miguel Lara G.     Ing. José G. Aguilar S.        Ing. Ciro A Portillo S.             Ing. Nelson Hernández

Ing. Iñaki Rousse G     Ing. Efraín Carrera Saud   Ing. Leopoldo Baptista Z        Lic. Florinda Morales

 

Caracas 16 de Octubre de 2017