Las industrias básicas se desmoronan entre cifras rojas y corrupción

EL MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS

La corrupción, como nunca antes, ha hecho estragos en lo interno de cada una.

La corrupción, desinversión y alta carga de trabajadores son parte del problema
La corrupción, desinversión y alta carga de trabajadores son parte del problema

Las industrias básicas de Guayana se derrumban, casi como una sentencia. Sus cimientos se han debilitado en lo operativo, administrativo y laboral. La idea originaria de su creación en los años 60, según la cual se convertiría en el principal polo económico industrial del país, es solo historia de la cual las nuevas generaciones poco o nada sabrán ya.

La corrupción, como nunca antes, ha hecho estragos en lo interno de cada una. La desinversión, los recursos aprobados que nunca llegan, la enorme carga de trabajadores, los repuestos inexistentes, las deudas entre ellas misma y con sus proveedores privados, la baja productividad, la falta de insumos, la inseguridad con la que trabajan sus empleados y la crisis eléctrica, que terminó por dar la estocada final, son algunas de las causas de sus estertores.

Y el Gobierno lo sabe todo. Lo aseguran sin duda alguna dirigentes de Sidor, Venalum, Bauxilum, Alcasa, Ferrominera, Carbonorca, el entorno de Guayana y los empresarios privados, que se ubican en la lista como los principales afectados de la debacle.

Y es tan cierto que lo sabe, que José Luis Alcocer, vocal de la seccional Bolívar del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Similares (Sutiss), recuerda que el ministro de Planificación, Jorge Giordani, ha sido claro y contundente al decir que las industrias básicas son inviables, por lo que deberían cerrarse.

«Ante esa respuesta, pues no hay más que decir, no hay otra explicación. No encontramos otra explicación a lo que pasa», dice el dirigente.

Y es que la asociación que hace Alcocer es una ecuación simple. ¿Quieres cerrarlas? Entonces las abandonas, «las dejas a la deriva, sin atención por parte del Gobierno, no hay planes estratégicos, ni cronogramas, no hay inversión. Las empresas se manejan al día. Cuando el problema te cae encima es que se hace algo, un algo que muchas veces resulta tardío», dice con firmeza el dirigente de Sidor.

Al momento del diálogo con Alcocer, se definía la continuidad de un paro de 24 horas que los trabajadores de Sidor protagonizaron entre martes y miércoles de esta semana, en exigencia a un pago adicional que desde el 2000 reciben los trabajadores.

«Las empresas de Guayana son un verdadero cuero seco, siempre hay una protesta, siempre hay un paro, se daña un horno, se rompe una pieza, se cae un techo, salen de circulación celdas, el hierro llega de mala calidad. Así son ahora las empresas básicas de Guayana», comenta.

¿Y qué dijo Giordani? que quedó grabado como una sentencia entre los más cercanos dolientes de estas industrias.

En su libro Impresiones de lo cotidiano del 2009, en el capítulo «Guayana un Barril de pólvora», el gran ideólogo de las doctrinas económicas del socialismo del siglo XXI venezolano, dejó plasmada su teoría: «Por el alto costo ambiental y social que tienen las empresas básicas, y de las deudas que tiene con el ambiente y sus trabajadores, lo mejor que se puede hacer con las empresas básicas es el cierre temporal o definitivo de las mismas».

Divide y vencerás

Por su parte, el periodista Damián Prat, compilador de historias de las Industrias de Guayana, asegura que la destrucción de esas compañías es la agenda, es el cronograma del Gobierno.

Dice Prat que el nefasto cambio de rumbo de las empresas básicas de Guayana, no es fortuito, «hay un diseño y un plan estructurado para destruirlas».

El Plan Guayana Socialista tiene como norte la construcción de dos nuevos megaentes: la Corporación Socialista del Hierro y el Acero, y la Corporación Socialista del Aluminio, «que deberán tener como sede Caracas, lo más alejadas posible de Guayana, y todas las empresas quedarán convertidas en unidades de negocios, adscritas a esos gigantescos entes que centralizarán las decisiones», señala Prat.

Por su parte, el diputado de oposición, miembro de la comisión de Energía y Petróleo , Américo De Grazia, mantiene la tesis de que las empresas básicas de Guayana no están quebradas, sino saqueadas. Y que nunca antes en su historia habían dado saldos rojos, a excepción de Alcasa, que nació con falla de origen. Las básicas eran rentables, asegura.

Ferrominera comenzó ahora a dar pérdidas, mientras que Sidor siempre fue rentable; es más, dice De Grazia, repartía dividendos a 14.000 trabajadores accionistas clase B.

El parlamentario deplora, además, el trato que se ha dado a los trabajadores, y a sus derechos sindicales. No solo han enfrentado regaños presidenciales y llamados a la conciencia porque «ahora las empresas son de los trabajadores», sino que además se les ha obligado a no pedir discusiones de contratos colectivos, cuyos promedios de vencimiento giran en torno a 5 y 6 años.

Cifras que hablan

Los indicadores de las básicas son más que contundentes para dar muestras de la realidad.

De acuerdo con datos del presidente de la Cámara de Industriales de Guayana, Fernando Goyenechea, las cifras de producción, de productividad, de tasa de uso, entre otros indicadores, podrían llegar a ser mucho peor hacia el cierre de este año.

El directivo gremial asegura que entre 2006 y 2010 las pérdidas por disminución de la producción suman $25.000 millones, cifra superior a las actuales reservas internacionales del Banco Central de Venezuela.

Goyenechea destaca que en la actualidad las básicas tienen entre tres y cuatro veces la cantidad de personal que deberían tener para operar a su máxima capacidad de producción. «Eso se refleja en los deteriorados índices de productividad por trabajadores que han descendido de manera alarmante en los últimos cuatro a cinco años», asegura.

Para los industriales privados de Guayana la situación de las principales empresas básicas del país ha afectado de manera agresiva los indicadores de los empresarios privados.

Datos de la Cámara de Industriales de Guayana reportan que desde el año 2002, 60% de las empresas ha cerrado, mientras que de 40% que sigue en operaciones, la mitad trabaja por turnos restringidos.
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Cronología corrupta

– El 25 de marzo de 2009 se denuncia el intento de sacar por el puerto de Palúa un buque con 2063 toneladas de aluminio primario por parte de la empresa 3055. La denuncia fue hecha por los presidentes de Alcasa y de Venalum.

– El 9 de junio de 2011 detienen Luis Salvador Velásquez Rosas, director de comercialización de Sidor. Acusado de dirigir una mafia que se dedicaba a la comercialización de productos de Sidor. Fue llamado «el rey de la cabilla», y era presidente de la Junta de Transición de Orinoco Iron.
También detienen a Tatiana Orozco llamada la «reina de la cabilla». Apresan a varios militares de bajo rango, sargento, cabo y un oficial, teniente.

– En septiembre de 2011, la directiva de Ferrominera audita la «gestión de aduana y tráfico» y determina pago por sobrefacturación en los servicios de flete por 263.444,56 dólares.

– En febrero de 2012, el sindicato de Ferrominera denuncia que sacan un barco con mineral fino, pero en el despacho de puerto reflejaban que era escoria.

– El 12 de junio de este año fue detenido el expresidente de Ferrominera, Raddwan Sabbagh, acusado de formar parte del llamado cartel del hierro. Detienen luego al empresario Carlos Viera, y a Juan Carlos Alvarez Dionisi, y piden declaraciones Sabbagh; a Manuel Mustafá, Yamal Mustafá y varios militares.

– El 18 de julio de este año detiene al empresario y principal contratista de la gobernación del estado Bolívar, Yamal Mustafá, y tres gerentes de Ferrominera.

De acuerdo a las experticias del DIM, el daño patrimonial que causó el cartel del hierro supera los 1.000 millones de dólares. Hay implicados empresarios y funcionarios.

Este es el último caso, y se encuentra en manos de los tribunales.

http://www.elmundo.com.ve/noticias/economia/empresas/las-industrias-basicas-se-desmoronan-entre-cifras-.aspx