Los planes de Motta

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Pareciera que Motta y su jefe Nicolás Maduro no se están entendiendo. Por ejemplo, si la mayor parte del consumo eléctrico es residencial, cifrado en 60% por el propio jefe de Corpoelec, ¿cuál es el beneficio de que el Presidente de la República ordene a los empleados públicos tener menos horas de trabajo y más horas en su casa?


Llegó la hora de los racionamientos o, como anunció el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, de «administración de cargas», cuatro horas cada vez. Son expertos en buscar nombres para ocultar la realidad, en este caso, cortes «programados» al consumo residencial de electricidad -lo que otrora se llamó «dieta eléctrica».

Pero pareciera que Motta y su jefe Nicolás Maduro no se están entendiendo. Por ejemplo, si la mayor parte del consumo eléctrico es residencial, cifrado en 60% por el propio jefe de Corpoelec, ¿cuál es el beneficio de que el Presidente de la República ordene a los empleados públicos tener menos horas de trabajo y más horas en su casa? Es decir, váyase para su casa para ahorrar luz, pero estando en ella se la vamos a cortar para lo mismo. Y mientras tanto, nadie trabaja a pesar del discurso del «nuevo modelo productivo». Las cifras son elocuentes.

Antes de la llegada del chavismo, e incluso con aquel «eterno» en Miraflores, el sector industrial consumía el 60% aproximadamente de la energía eléctrica. Simple: un país industrializado, con una potencia petrolera encendida permaentemente y unas industrias básicas de Guayana de mucho poder. Aparte, circuitos industriales activísimos en las zonas de Valles del Tuy y Maracay-Valencia, donde hasta plantas de carro ensamblaban miles de unidades al día. Pero la destrucción del aparato productivo dejó esas consecuencias: industrias apagadas, empresas cerradas, líneas de producción y ensamblaje inexistentes; y un consumo industrial en caída, incluyendo los reiterados problemas de Sidor y demás empresas básicas; amén de una Pdvsa con altibajos problemas internos, que perdió su profesionalismo y se entregó a ser un paquidermo administrativo que sirve para exprimir la gallina de los huevos de oro y darle dinero a terceras iniciativas, la borrachera de los petrodólares, mientras la abultada nómina se pone a disposición de cuanta marcha y campaña se ordene desde el partido.

En las regiones nunca ha dejado de haber racionamiento eléctrico desde hace una década para priorizar a Caracas.

Se han acostumbrado a la escasez de luz. Con el nuevo plan de Motta Domínguez ya muchos hablan de que tendrán «horas de luz» en vez de «horas de cortes». En Cuba también la mayor parte del consumo es residencial, porque hay poco trabajo y mucha actividad social vegetativa. Gracias a Chávez, Maduro y todos los responsables del manejo energético del país en las últimas dos décadas, nuestro «período especial» también será a oscuras.

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