Miseria electroenergética

DIARIO LA VERDAD (ZULIA)

Por José Aguilar / Ingeniero / jgasaguilar@hotmail.com / @800GWHMWH

En el Zulia ya han hecho un ensayo con el chip para la gasolina, las multas eléctricas siguen, las mejoras del servicio eléctrico para lo que se ha gastado cuestan mucha plata y producen poca luz.

A menos de 65 días de la elección y con la demanda baja por las vacaciones, debemos vencer la amnesia social en nuestra idiosincrasia, en la que el fracasado de Miraflores tratará de aprovecharse para hacerle creer el cuento de que todo está viento en popa con la electricidad y los combustibles en Venezuela.

En el Zulia ya han hecho un ensayo con el chip para la gasolina, las multas eléctricas siguen, las mejoras del servicio eléctrico para lo que se ha gastado cuestan mucha plata y producen poca luz y si nos dejamos embaucar para seis años más iremos a la miseria.

Pero esta miseria tiene manifestaciones imborrables que van más allá de MW, MM de dólares y km de líneas de transmisión. Hay un lado social y profundamente humano, por tener un pésimo servicio eléctrico y escasez de combustibles.

Recuerde todas las veces que se ha quedado sin luz; recuerde toda la comida que con tanto sacrificio adquirió y se perdió; recuerde los calores que ha pasado, la sed por falta de agua porque no había energía para arrancar los sistemas de bombeo; cuántas colas ha tenido que hacer para una bombona de gas; cuántas veces no ha podido planchar, cocinar, lavar, estudiar y dormir porque la energía en combustible y electricidad no estaban allí cuando sus necesidades lo requerían. Cuántas veces la inseguridad ha encontrado un aliado por la falta de electricidad.

Todas esas tribulaciones y necesidades se padecen en Venezuela. Una Venezuela con una de las mayores reservas energéticas del mundo, que este Gobierno ha sido incapaz de satisfacer para una población que clama, con legítimos derechos, una energía más controlada, pero el Gobierno nunca asume su responsabilidad y acusa a sus pobladores de derrochadores y hasta de contrabandistas, amparándose en la opacidad y el abuso.

La energía más cara es aquella que no se tiene cuando se requiere. Resuelva la encrucijada. Decida no ir a la miseria a la que nos quieren llevar. Depende de usted, póngase la mano en el corazón y piense sabiamente. Ya falta poco, usted decide. ¡Manos a la obra que sí se puede!

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