CORREO DEL CARONÍ
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La suspensión del plan de administración de cargas durante los fines de semana y otras medidas de flexibilización del recorte eléctrico, anunciadas este lunes por el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, no implica cambios en las restricciones a los centros comerciales, en los que sigue vigente la medida de autogeneración prevista en la resolución 035 del 2013.
Pese a registrar un consumo de apenas 3% de la demanda nacional, los centros comerciales fueron el primer eslabón de la cadena comercial afectado. Las restricciones iniciaron el 10 de febrero, cuando se ordenó la autogeneración durante un periodo previsto de tres meses, que se ha prolongado en la práctica por más de cuatro meses a la fecha.
Una fuente de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), que prefirió mantener su nombre en reserva, comentó que el cese de las restricciones en los centros comerciales va a depender de la recuperación del embalse de Guri. El vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz, informó el 8 de junio que las medidas de racionamiento podrían suspenderse si el embalse alcanza una cota de 248 metros sobre el nivel del mar.
Entretanto, los locatarios de los centros comerciales siguen en expectativa. Sergio Dos Santos, propietario de D’Angelos café en el centro comercial Ciudad Alta Vista II, comentó que hasta la fecha no les han notificado formalmente hasta cuándo se aplicará el racionamiento. “Extraoficialmente me dijeron que nos iban a dejar abrir a las nueve de la mañana a partir del 16 de junio, pero no sabemos si eso se concretará”.
A más de cuatro meses de implantada la medida, el empresario considera que ha habido conformismo. “Nos acostumbramos a lo malo, la gente dice ‘¿qué más vamos a hacer?’ y eso es lo que nos toca. Nos ha tocado adaptarnos y el cliente se ha acostumbrado. No es el deber ser, el deber ser es luchar por una mejor calidad de vida”.
En el centro comercial en donde funciona el establecimiento de Dos Santos, el racionamiento recortó la jornada de trabajo a un horario de 12 del mediodía a 7 de la noche.
“Lo que se perdió, se perdió al comienzo, por los turnos dejados de trabajar. Lo que hicimos fue acostumbrarnos a comprar lo que vamos a gastar, pero con la escasez tan brava ya no se consigue ni harina ni azúcar por ningún lado”.
Arturo Reyes, trabajador de KonAroma café, aseguró que por el recorte eléctrico las ventas disminuyeron, pues considera que los clientes han optado por acudir a opciones gastronómicas fuera de los centros comerciales. “El aparato productivo, de por sí devastado, sigue de mal en peor (…) la idea es que tengamos libertad de trabajar todos los días de la semana”.
Además de afectar las ventas, los ingresos del personal también mermaron, pues al no trabajar en el horario habitual hasta las nueve de la noche, el cómputo de la nómina se realiza con dos horas nocturnas menos “y sabemos que no es intencionalmente”.
